Llegamos al caserío "Los Algarrobos" al promediar las 9 y 30 de la mañana del día Sábado; este caserío se ubica en Monsefú, a 7 minutos del centro en mototaxi. Era esta nuestra primera visita y estábamos realmente emocionados y algo preocupados por lo que íbamos a encontrar en dicho caserío, muchos prejuicios pasaron por nuestra mente. Al llegar al pueblo lo primero que hicimos fue recorrer sus calles, apreciamos que contaban un pequeño espacio geográfico y que las casas se encontraban contiguas entre ellas, algunas de adobe y otras de material noble, las calles no estaban asfaltadas. Una de las características de los pobladores de la zona, notamos que son gente pujante y laboriosa, con ganas de participar en actividades para conseguir mejores que beneficien su comunidad.
Después de observar a las actividades de los pobladores, comenzamos a entrevistarnos uno a uno, fue una buena forma de entablar una relación con la comunidad ya que pudimos escuchar de ellos mismos que las necesidades más urgentes son, el alumbrado público y el sistema de desagüe, también nos comentaban que las autoridades se han olvidado de ellos, y que existe entre ellos una falta de organización para poder realizar proyectos para su comunidad.
En esta comunidad no cuentan con una institución educativa primaria; lo que hace que sus hijos tengan que viajar hasta la institución educativa del Caserío de Cúsupe o a las instituciones de la ciudad de Monsefú; sin embargo poseen un pequeño centro educativo del nivel inicial que consta solo de un aula y servicios higiénicos. Es importante hacer un hincapié en esta institución pues solo poseen un promedio de entre 12 y 15 niños del caserío que realizan sus estudios aquí.
Al preguntar sobre que es lo que se podría hacer en este caserío algunos de los pobladores consideran que deberían existir talleres de ocupación para que los jóvenes empleen su tiempo en algo productivo.
Ciertos pobladores que tienen hijos en la institución inicial creen que el nivel que tiene el centro educativo de su caserío es insuficiente, por eso prefieren que sus hijos estudien en la ciudad de Monsefú. Otros tantos ciudadanos dijeron que su caserío era un lugar tranquilo, con un muy bajo índice de inseguridad ciudadana.
Al parecer los pobladores tienen apetito de superación a nivel general pero aún esperan que sean las autoridades quienes sean las que tomen la iniciativa para generar ese cambio y desarrollo en su comunidad.
Esta experiencia a sido muy rica, tanto a nivel emocional como educativo, que se irán desarrollando con el andar de nuestra convivencia con los pobladores de "Los Algarrobos", sin embargo significan el comienzo de una interesante y desafiante actividades comunicacional e incidental.
